Los tiempos que corren no son de lo mejor, el fin se acerca, no es gratuita esta sentencia, ni tampoco basada en teorías de aztecas o de ociosos de mierda que creen las estupideces que ven en la tele, sobre todo con ese tal Salfada o no sé qué. El fin se acerca porque nosotros mismos hemos llegado a esto, al ver en las calles cabros todo tatuados o llenos de hoyos, no les basta con los que el señor les dio, o niñas chicas casi sin ropa, o toda esa música de hoy en día, el rap, el metal, todos indicios que vamos de salida en este mundo. Yo me pregunto ¿Dónde están los boleros? ¿Dónde cresta está el romanticismo?…
Ahora es fin de Semana Santa, para muchos (los más) tiempo de reflexión y espiritualidad, para otros (herejes) tiempo de vacaciones y carrete, de quedar botados en alguna disco o algún after (supongo que lo llaman en inglés porque decir voy a un Después, suena inmundo) sin embargo, hay un grupo dentro de estos últimos que se pueden salvar de la hoguera, los que no reflexionan pero aprovechan de quedarse en casa con la familia a ver películas, y si de séptimo arte se trata, tengo de recomendación una cinta que les encantará y que es un obligado en estas fechas (sobre todo en estas fechas), está película es para toda la familia, los papás deben hacer que sus hijos descarriados la vean, se trata de La Pasión de Cristo, del gran Mel Gibson.
Con este excelente actor, productor y director me siento plenamente identificado, es un católico acérrimo, defensor del Concilio Vaticano I, en donde las misas eran en latín (hermosa lengua), el cura le daba la espalda al público y el catolicismo no era tan cercano a otras religiones, sobre todo las orientales, ya después con el concilio vaticano segundo la cosa se chacreó (Que Dios me perdone) y hasta ahí no más llegamos, pero ese es otro tema.
Sabido es por la mayoría, que el buen Mel aún celebra misas en latín y que es un fiel defensor de la fe católica a nivel mundial, me contaron que cuando estaban en plena filmación de Corazón valiente, al finalizar la película el equipo celebró con un gran asado y Mel agarró el cordero e hizo una ceremonia de ofrenda y sacrificio a Dios, igual que en los tiempos de Abraham.
Pero vamos a lo que nos convoca, La pasión de Cristo es una película basada en las últimas doce horas de Jesús en la tierra, cerca de quince años se demoró Gibson en producirla, ya que la tuvo que pagar de su bolsillo (ningún judío de Hollywood iba a pagar), la idea le nació luego de que estaba a punto de suicidarse y se le ocurrió leer la biblia, en ese momento realizó su promesa sagrada. El quería hacer lo más verídica posible la tortura y humillación al salvador. Para eso recurrió a los evangelios y a las visiones de la beata Anne Catherine Emmerich (Acusada injustamente de antisemita), la que sufrió de estigmas y tenía visiones religiosas desde pequeña. La escena en que María pone su oído en el suelo y Cristo está encadenado justo abajo y la siente, es una visión de ella, por ejemplo.
La pasión está hablada en latín, arameo y hebreo, así que imagínense la pega que hicieron para poder desarrollarla.
La cinta la protagoniza Jim Caviezel y al momento de aceptar el papel, Mel le dijo: “Es posible que nunca más trabajes en Hollywood” a lo que él respondió, “No siento ningún miedo”, dicho y hecho, ya que desde La Pasión, Jim ha trabajado sólo en ¡¡BASURA!!
La película es fuertísima y muestra en diversos flash back la última cena y varios pasajes de la biblia y de la vida de Jesús, esto es lo más bien logrado dentro de la cinta, es imposible no emocionarse, en resumen es 100% recomendable.
El bueno de Gibson tiene un pequeño cameo dentro de La Pasión, las manos que clavan a Cristo en la cruz durante la escena de la crucifixión son las suyas. La decisión para hacer esta pequeña aparición en la película fue explicada por Mel: «Era yo el que le había puesto en la cruz, eran mis pecados los que le pusieron allí«. El sólo leer esto, me emociona.
Ya lo saben TIENEN que ver esta película, a ver si de alguna forma van pavimentando su camino al cielo.
He dicho.
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