Chile y su identidad a través de la ciencia ficción. Así se resume esta actividad que se realizó en el GAM el domingo 27 de septiembre y que contó con la participación de los tres escritores chilenos del momento. Francisca Solar, Jorge Baradit y Francisco Ortega.
El autor de Logia comenzó narrando algunas notas escritas por él sobre el tema en cuestión:
– “El pasado y el presente de Chile está lleno de futuro. Hay platillos voladores en La Araucana y muertos vivos en la Colonia. Santiago en mayo de 1647 era peor que The Walking Dead y The Strain juntos”.
– “Ciencia ficción criolla. Todos hemos sentido un fantasma, todos hemos vivido un terremoto grado 8.0 sin que se corte la luz, todos vivimos en la Guerra de las Galaxias sin darnos cuenta. La fuerza es poderosa en Chile”.
La conversación fue fluyendo en torno a varias ideas de los autores. Jorge Baradit enfatizó en lo difícil que resulta describir ciencia ficción en Chile: “A lo que podemos aspirar es a patalear en un caos bien confuso. Latinoamérica vive la edad de oro, los dioses todavía caminan sobre la tierra, tenemos socialismos reales, guerrillas, experimentos neoliberales salvajes. Está todo pasando, aquí y ahora”.
Además definió a Chile como uno de nuestros platos típicos, pero con ingredientes especiales: “Estamos en una cazuela espantosa que todavía no se cocina, que está llena de elementos extraños: iPhones, agüitas de tilo, exorcismos, guillatunes, fantasmas, dictaduras, torturas, satélites, estaciones espaciales, José Miguel Carrera, cambio”.
Una de las preguntas que se planteó en la charla, fue cómo estos escritores se convirtieron en lectores de ciencia ficción. Francisca Solar comentó que en la biblioteca de su colegio, de la cual sacaba libros sin avisar, nació su afición por el género literario. En su casa no había mucho que leer. “Mis inicios como lectora fueron bastante particulares. En mi casa nadie lee, somos cinco hermanos, mis papás con suerte leen el diario el domingo. No había biblioteca, solo una enciclopedia que leía religiosamente todos los días”. Además contó que estuvo muchos años desapegada de la literatura chilena “El 99,99% de los libros que leía cuando pequeña eran anglosajones”.
La jornada finalizó con los autores firmando sus libros y tomándose fotografías con los asistentes. El avión de #PDV también quiso una instantánea de ese momento.
