Era el final de la década del 90, ya entrando el siglo 21 cuando un sonido – que era conocido sólo por pocos – se masificó, se trataba del Nu Metal, en el cual mundialmente los embajadores fueron Limp Bizkit y Papa Roach, por lo menos así lo percibíamos en este rincón del planeta. Los primeros – en nuestro país al menos – fueron los íconos del movimiento, el gorro rojo de beisbol con el NY, marcó una tendencia. Lo lamentable es que corrían otros tiempos, en la década pasada no había grandes conciertos todas las semanas, por lo tanto la promesa eterna de que Fred Durst y sus secuaces nos visitarían, nunca se cumplió.
Pero llegó el 2011, después de una fallida presentación el 2010, la agrupación original de Limp Bizkit, por fin pisaría suelo chileno. Al enterarnos agarramos nuestras cosas y nos largamos a verlo.
El show
El comentario previo por parte de ex fanáticos o los que no les agrada el grupo, era que ya había pasado su tiempo, ni la promoción de su nuevo disco Golden Cobra bastaba, la banda ya no tenía el arrastre de antes y eso se suponía que se notaría en el show.
Nada de eso fue cierto, el Movistar Arena estaba completamente lleno, los primeros acordes de Why Try abrieron los fuegos y solventaron los presagios de que se venía un show increíble, lleno de adrenalina, Wes Borland con una pinta impecable fue el responsable que la gente enganchara desde el primer minuto, luego Fred Durst con todo el power que lo caracteriza, salió con un polerón que decía Chile y estalló en el escenario, literalmente porque su actitud rockera y desenfadada, hizo que los antiguos y nuevos fanáticos engancharan inmediatamente.
Cantaron cada una de sus canciones más conocidas, Nookie, Rollin` y My Way, fueron sólo algunas, notable el momento en que un fanático se subió a cantar Full Nelson junto a Durst, preparado o no, fue uno de los buenos momentos del show. Si bien el sonido no fue impecable en algunos momentos, poco se notaba con la gran cantidad de adrenalina por parte de los fanáticos. Todo esto acompañado de las tornamesas de Dj Lethal
Un gran show lleno de recuerdos y buenos momentos, la oportunidad perfecta para liberar alguna rabia adolescente guardada, de esas que hace una década eran importantes pero que ahora frente al estallido social, no son más que un recuerdo lleno de adrenalina, decorado con un gorro rojo de los Yankees puesto para atrás.
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