Durante los últimos años el cine en Iquique ha estado en auge. Con dos festivales de cine, nacidos hace ya ocho años, la ciudad ha recibido numerosas visitas de actores, productores, directores, guionistas y gestores culturales relacionados a la industria audiovisual. Como sede de eventos cinematográficos, Iquique se ha posicionado como un polo de crecimiento a nivel nacional y latinoamericano, lo que ha contribuido a visitas internacionales, estrenos nacionales y regionales que hace algunos años era imposible soñar.
Sin embargo, a nivel de realización estamos en deuda. La mayoría de nuestros talentos terminan radicándose en Santiago, trabajando en proyectos centralistas que no contribuyen al desarrollo del mundo audiovisual regional.
No es menor que la última película iquiqueña, a lo que nos referimos con producción, actores, historia, etcétera, sea Justicia del desierto del año 1926 de la casa productora Iquique Films.
Han tenido que pasar 89 años para que un proyecto nacido en la ciudad, escrito, producido y dirigido por jóvenes iquiqueños, salga a luz.
Ni juntos, ni solos cuenta la historia de una joven iquiqueña, ad portas de dar la prueba de admisión universitaria, enfrentándose por primera vez a esas decisiones que marcan la vida de un joven de regiones extremas. A los 18 años, muchos de nosotros tuvimos que optar por viajar e irnos, principalmente a la capital, para poder estudiar una carrera en universidades de prestigio y poder desarrollar nuestras habilidades que muchas veces no encuentran espacio en la ciudad.
Es una historia real, que le sucede a la mayoría de los jóvenes de la ciudad, que deben decidir entre quedarse o partir, en una decisión no sólo profesional, sino familiar, y que definitivamente los marcará para el resto de su vida.
La película trata, por lo tanto, de una realidad de la ciudad, provocada por el desarrollo centralizado del país, que afecta a familias, a padres y a madres, hijos y a la ciudad en general.
Esta realidad, también provoca que muchos jóvenes se críen solos, alejados de sus padres que trabajan en extensas jornadas mineras, o que deciden por uno u otro motivo, irse de la ciudad en busca de mejores opciones. La distancia, el vacío, la soledad es algo que viven los jóvenes iquiqueños y que está retratado en la película. Además, son ellos los que finalmente buscan un espacio, un lugar donde, sino fuera por esta independencia provocada por la soledad y lejanía de sus padres, les sería más difícil acceder. Las drogas, el alcohol, el sexo son temas que no les son ajenos a estos jóvenes que, ad portas de tomar la decisión más importantes de sus vidas, están ansiosos por experimentar. Amparo es una chica que vive ajena a eso, poco integrada con sus pares, vive estas definiciones trascendentales dentro de la soledad de su juventud. Su historia es la que contamos.
Luego de 89 años, Iquique se prepara para su primera película contemporánea. Película que habla de la ciudad, de su modo de vida, de sus jóvenes y su futuro. Una película nacida en la ciudad que mostrará en el resto del país y del mundo quienes y cómo somos los iquiqueños, sobre todo los jóvenes de la ciudad. El equipo principal de la película está compuesto por profesionales de la ciudad y los protagonistas son jóvenes iquiqueños. El proyecto se encuentra financiado en un 30% por el Fondo Audiovisual del Consejo Nacional de la Cultura y las Artes. El resto son aportes privados y vía Crowfunding en donde aún están recibiendo aportes de la comunidad en www.nijuntosnisolos.com , ya que el rodaje de esta película se realizará en el mes de noviembre.
Sinopsis
Amparo (18) acaba de salir de 4to medio y se prepara para dar la PSU. Vive prácticamente sola en su departamento, lejos de su madre que vive en Santiago hace años, y con una notoria distancia física de su padre. Aunque él la crió, nunca está en casa por su trabajo en la minería. Su mejor amiga Penélope (18), también está en la misma disyuntiva acerca del futuro, al igual que muchos de sus compañeros de curso que conforman un grupo de carrete al que Amparo no está muy integrada. Por su carácter estructurado, aplicada en el colegio y con un pasatiempo demandante, el atletismo, Amparo no coexiste con la fauna juvenil urbana.
La vida de estos jóvenes está a punto de cambiar para siempre, el entorno les exige tomar decisiones, su ciudad hogar siempre fue Iquique, pero la centralización manda. En medio de la confusión, Amparo debe lidiar con el abrupto descubrimiento sobre una vida secreta de su padre, sentir el amor por primera vez con Augusto (22), decidir si debe abandonar su amada región para estudiar y vivir con su madre, e incluso, darse cuenta de que la amistad no es para siempre. El dilema de decidir entre dejar de tener el control de las cosas y ser feliz o seguir sintiéndose cómoda, pero como la persona que todos esperan que sea. Pasar a la adultez, cuando queremos seguir siendo niños. Las decisiones que marcan nuestras vidas y parecen tremendas, a sólo días de dar la PSU.