Corría el año 1991 y mi papá se compraba el primer auto de su vida; un Nissan Sunny hermoso, que era usado pero estaba en muy buen estado, su gran orgullo. Comenzaba una nueva década, un país en democracia y la familia lo empezaba de la mejor manera, el desarrollo había llegado al hogar.
Como buen chileno clase media que vivía un cambio en su vida, cuando mi papá llegaba del trabajo, salíamos en las noches a dar una vuelta con la familia. La costa iquiqueña es la más hermosa de Chile – al menos así aseguramos acá – y había que aprovecharla. En la casetera del Nissan siempre sonaba un casete, Corazones de Los Prisioneros.
De los 10 tracks que contiene el álbum, había uno que me llamaba profundamente la atención, más que todo por cómo la cantaba Jorge González; se notaba que sufría y mucho. Amiga mía rápidamente se convirtió en mi canción favorita y la de mis padres también, las ganas con que hacían el coro, me dejaba en claro que había una complicidad entre ellos, era felicidad mezclada con pasión.
Creada íntegramente por Jorge y producida por Gustavo Santaolalla y Aníbal Kerpel, esta declaración de amor en clave electro pop, nos seducía a todos en el auto por sus acordes e instrumentos desconocidos para la época. En poco más de cuatro minutos, Los Prisioneros te invitaban a reflexionar sobre el amor de pareja y amigos. A mis doce años no tenía muy clara esa relación, ¿había que ser amigos para estar enamorados?, ¿mis papás eran amigos también?, ese tipo de dudas existenciales aparecían mientras cantaba con ellos.
Pero seguía el cuestionamiento… ¿por qué se nota que Jorge está sufriendo al cantarle a su amiga? Más allá de la chimuchina farandulera, a estas alturas creo que todas y todos sabemos quién es esa amiga por la que sufre tanto González en la canción; lo que queda al escucharla es que ella siempre fue un amor prohibido; la mujer estaba comprometida y era un amor imposible.
Para Aristóteles el concepto de amistad es parte fundamental en una de sus obras maestras, Ética a Nicómaco, en esta señala que la amistad (philia) es una virtud porque es lo más necesario para la vida “nadie querría vivir sin amigos, aun teniendo todas las demás cosas buenas”. ¿A este tipo de amistad se refiere Jorge en la canción? ¿A qué cosas buenas se refiere el filósofo? ¿Al café con helado? ¿Los orgasmos, las promesas?
La amistad verdadera siempre estará asociada al amor, uno ama a las amigas y los amigos ¿puede llegar a enamorarse de una amiga? En la canción el líder de Los Prisioneros demuestra claramente que sí, y ese amor se convierte en su perdición, la cual lo llevó a dedicar un disco entero a esa relación.
Hay amistades que terminan siendo grandes amores, incluso de los platónicos. Y si se tiene la madurez necesaria, existen amores que se convierten en amistades poderosas; me refiero a ese tipo de relación que se tiene con una ex pareja, que no es invasiva ni nada por el estilo, queda sólo el cariño de celebrar lo que se vivió juntos, aunque no creo que sea el tipo de relación que habla Jorge en Amiga mía.
Muchas veces esos intensos amores / amistades no resultan por diferentes factores, como el tiempo, la distancia e incluso formas de ver la vida y uno termina justificando con un “no era nuestro tiempo” pero también pasa, que tuvimos la oportunidad y la desaprovechamos, ya sea por miedo, inseguridad, inmadurez o cualquier factor relevante en ese entonces pero que con el paso del tiempo, pierde toda validez.
Quizás, la mayoría de nosotros, tenemos ese amor que preferimos que viva en el escenario platónico, por definirlo de alguna forma; aquel que antes de perderlo totalmente, preferimos que siga ahí, presente en nuestras vidas. Ese que no podemos definir como una bella amistad, pese a que la mayoría de las veces eso es; pero sabemos que una canción, un aroma, película o frase, desencadenará un montón de recuerdos, de esos que puedes oler e incluso saborear (No habrá otros latidos, no habrá otros orgasmos… no habrá otra espalda, la almohada sudada…)
Está también la opción de que pese a todos los factores mencionados anteriormente se sigue viviendo con ese amor / amistad siempre, y aunque no estén juntos, cada vez se encuentra la justificación para seguir adelante con ese sentimiento el cual es una mezcla de todo lo expuesto por Jorge González e incluso más. Esa amistad / deseo / amor, presentes en todo momento, pese a cualquier obstáculo.
¿Qué estamos haciendo amiga mía? Hacemos – a nuestra manera claro está – lo mismo que mis padres hacían cuando paseaban y soñaban en el Nissan Sunny; mantenemos la promesa de nunca dejar que este amor se nos vaya.
No te olvides, lo que digo…